© Jean-Jaques Henner
Recoged su alma
y presentadla al Altísimo
No quiero que nadie
recoja nada por mí
cuando esté muerta
ya me entregaré
a mi propia
Santísima Trinidad
no quiero tener que decir
que de caídas se cavó esta tumba
y que la luz enferma de esta mañana
me torturó a sabiendas
con la carne mugrienta
de empezar de nuevo
sin baches ni alucinaciones
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